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Foto: Hola.com |
Compañera Letizia:
Permite en primer lugar que me dirija a ti en tu condición de periodista. Posiblemente lo que más aprecio de tu discurso en el Senado es lo que implican tus palabras; un periodista que valora la esencia de esta profesión no deja de serlo nunca,
al margen de las circunstancias vitales -ser reina de España, pongo por caso- que puedan surgir en el camino.
Solo alguien que como tal se siente -como periodista digo- puede poner por delante esa condición para hacer un discurso como el tuyo.
El elogio a Carmen del Riego es sobre todo un llamamiento -así lo entiendo- hacia los que un día decidimos dedicarnos a esta cosa del periodismo. Hago mías tus palabras sobre los
"periodistas valientes" que "dicen no". Pero bien sabes que dichas por este periodista de provincias o por el más reputado de los cronistas parlamentarios que en el Senado asistían al acto no tienen ni una pizca del valor que las tuyas.
En esos foros tan nuestros ya hay quien saca las uñas y alegan que es fácil decir cosas como estas desde tu posición. Yo creo justamente lo contrario.
El valor de tus palabras reside precisamente en decirlas sin tener necesidad de hacerlo; habría bastado con un discurso diplomático recordando la trascendencia del periodismo y su papel fundamental en el asentamiento de la democracia en este país o en cualquier otro del mundo. Pero no te quedaste en eso, recordaste que eso solo es posible con periodistas que
"protegen el oficio y lo miman a base de seriedad, rigor y verdad".
Celebro compañera tus palabras valientes porque sabes bien -qué te voy a contar a ti- hasta qué punto te han dicho
que tienes que seguir el patrón de reina perfecta que ha sido tu suegra. Yo prefiero a una reina que diga cosas, que además de demostrar que sabe llevar con elegancia la corona sobre la cabeza sea capaz también de demostrar que tiene la cabeza sobre los hombros. Cuántos analistas/tertulianos/todólogos nos han contado
la enorme profesionalidad de doña Sofía, su discreción, su saber estar.... siempre al lado del Rey. Yo prefiero una reina que,
como mujer y como periodista, encarne otros valores. En el caso del periodismo, compañera majestad, también parece que el valor al alza es el de aquellos que se dedican a ver, oír y callar; que la profesionalidad va de la mano de la sumisión y lejos de "plantarnos"
nos dedicamos a contar lo que nos dicen que contemos sin más criterio que el dictado por quién nos manda, aunque no sea un rey.
El otro día -aunque está mal citarse a uno mismo- escribía
aquí que
el miedo es el peor enemigo de la dignidad y el mejor aliado de la resignación. En eso estamos, compañera Letizia. Estas palabras tuyas el día que cumples 42 años me llevan a una reflexión aún más triste y que percibo con toda claridad en las 'nuevas generaciones' (con perdón) que ahora llegan a las redacciones.
Piensan que lo que están haciendo es periodismo y, desgraciadamente, no querrán saber nada de mensajes como el tuyo en el Senado porque nosotros
somos unos carcas que no tenemos ni idea de lo mal que están las cosas ahora. "Con los principios no se come", me dijo hace unas semanas un periodista de nuevo cuño, recién salido de la Facultad y, por supuesto, muy apreciado por esos que se ocupan de dictar lo que hay que decir.
Me queda el consuelo de haber vivido y compartido el espíritu de eso que tu definías muy bien, el de "esos periodistas que están, son, creen y que todos los días a pesar los miles de problemas y dificultades se detienen un instante y
piensan que sí, que merece la pena estar ahí y contar a todos los ciudadanos lo que pasa".
Felicidades compañera por tu cumpleaños y por ese compromiso con tu profesión, la del periodismo. En la otra que ahora te ocupa, la de reina, permite que te pida que la valentía que reclamas a los periodistas la sigas teniendo en nombre de la corona, que sepas decir no cuando corresponda y, más aún,
que recuerdes este mismo mensaje -tu que tienes oportunidad de hacerlo- a los que
llevan tiempo sentados en el trono ciscándose en el periodismo y en la madre que parió a todos esos valores que tu con buen criterio has recordado en el Senado.
Atentamente:
Jesús Espada, periodista.