jueves, 4 de septiembre de 2014

No es periodismo

Pueden seguir tomando por idiotas a todos. Pueden seguir tratando de engañar a todo el mundo, aunque solo lo consigan con unos pocos mientras encabronan a una inmensa mayoría. Pueden mentir, censurar, provocar, trasvasar vecinos... Pueden echar mierda en las calles y piedras en las carreteras para mostrar las nefastas consecuencias que tiene dar el voto a la opción equivocada. Pueden ciscarse en la credibilidad del Medio y de sus profesionales. Pueden convertir en enemigo a todo aquel que no demuestre incondicional adhesión al Régimen y machacar sin contemplaciones a los que osen discrepar. Pueden acojonar –porque pueden- a la mayoría silenciosa. Pueden cobijarse tras el manto de la impunidad que han tejido los mismos que otrora clamaban contra el sectarismo. Pueden seguir colocando amiguetes a su antojo. Pueden saquear la caja, pueden beberse hasta la última botella de  vino, pueden trasegar tertulianos, cultivar cuernos y vomitar rótulos. Pueden engrasar la máquina picadora de carne por si alguno aún no se ha enterado de quién manda aquí. Pueden pisotear el orgullo de sus mamporreros y de aquellos que hacen méritos cada día para serlo. Pueden pasarse la legalidad por el arco del triunfo. Pueden hacer lo que les salga de sus mismísimos desvaríos porque los que deberían impedirlo no solo se lo consienten sino que les alientan a hacerlo. 
Poco o nada se puede pedir –menos aún exigir- a quien así se maneja. Pero al menos sería deseable,  por la parte que a uno le toca, que no lo hagan en nombre del periodismo.



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