No seré original, ni en el mensaje ni en la imagen que lo acompaña. Un 8 de diciembre de 1992 se nos fue Esteban Pérez. 30 años después pervive este impulso por recordar la fecha y evocar en unas pocas líneas al periodista y al amigo, al compañero de profesión y de piso, al compañero del alma.
Su ausencia nos ha acompañado en este recorrido de seis lustros. En los episodios más relevantes que la vida nos ha deparado en este tiempo hemos echado de menos al periodista y al amigo. En ambas facetas su aportación siempre fue valiosa, tanto que tres décadas después le seguimos teniendo presente, muy presente. Y eso explica, supongo, este impulso que me lleva a rendirle un pequeño homenaje y hacerlo por escrito me permite comprobar que las palabras siguen tan vigentes como hace cinco años:
Su ausencia nos ha acompañado en este recorrido de seis lustros. En los episodios más relevantes que la vida nos ha deparado en este tiempo hemos echado de menos al periodista y al amigo. En ambas facetas su aportación siempre fue valiosa, tanto que tres décadas después le seguimos teniendo presente, muy presente. Y eso explica, supongo, este impulso que me lleva a rendirle un pequeño homenaje y hacerlo por escrito me permite comprobar que las palabras siguen tan vigentes como hace cinco años:
Cada 8 de diciembre se hace inevitable rememorar la tristeza de aquel momento y vuelve este impulso que me lleva a dejar constancia de un sentimiento que comparto con toda esa gente en la que dejaste una huella que no han podido borrar los 25 años que han pasado desde entonces.
Al escribirlo adivino la emoción de los que aquel día de la Inmaculada del 92 ya intuían, como yo, que el tiempo nunca podría cerrar completamente la herida y que, desde luego, nada podría ocupar del todo ese espacio que dejabas. Ellos fueron testigos y receptores de esa vitalidad tuya, de esa capacidad para contagiar alegría, para generar buen rollo alrededor. Saben de lo que hablo cuando te recuerdo como un tipo que hizo de la sencillez su mejor virtud, que se entregaba con pasión a su profesión, a la radio, a su gente, a su pueblo...Hablo del periodista cabal, del hombre honesto, del amigo leal.
El mensaje no es diferente al que ya quedó plasmado en otra carta escrita en 2012 cuando se cumplieron 20 años de ausencia y nos reunimos aquellas gentes de la Antena 3 de la calle Comercio que compartimos micrófono y muchas más cosas con Esteban Pérez.
Querido Esteban:
Conociendo tu alma de periodista, te supongo al tanto de todo lo que ha ocurrido en estos 20 años que han pasado desde que te marchaste. Lo que a lo mejor no sabes es que estos días hemos estado en contacto los que compartimos micrófono contigo en aquellos estudios de Antena 3 Toledo de la calle Comercio; estamos preparando un reencuentro para refrescar juntos los recuerdos de aquella época. Y no creo que te sorprenda la reacción unánime cuando hablamos de ti. Todos seguimos los caminos que la vida nos marcó desde aquél 8 de diciembre de 1992; pero todos compartimos, sin duda, la huella imborrable de tu amistad, de esa ilusión contagiosa por lo que hacíamos, de tu alegría vital...
Por eso, por aquélla vitalidad y alegría tuya, no me perdonaría que esta fuese una carta triste, ni tampoco será triste esa cita de los que te conocimos. Aunque deberás perdonarnos si en algún momento la melancolía o la añoranza de tu ausencia se cuela en esa reunión o en estas pocas líneas. Tú eres el mejor ejemplo de que nadie muere del todo mientras alguien mantenga vivo su recuerdo. En tu caso, es evidente, que se trata de un recuerdo cargado de cariño. “No te imaginas las veces que me acuerdo de Esteban”, me decía un amigo común hace un momento.
No es cierto –si acaso una verdad a medias- que ‘20 años no es nada’. Caben muchas cosas en cuatro lustros; pero al evocar aquéllos días de trabajo y amistad, al ver las viejas fotos y escuchar alguno de aquellos momentos que compartimos en antena, es inevitable pensar que la vida habría sido diferente –mejor desde luego- si hubieras seguido por aquí.
Recibe el abrazo enorme de los que te queremos.
Jesús Espada
Esteban Pérez, periodista de Valmojado (Toledo) y jefe de deportes de Antena 3 en Toledo, murió el 8 de diciembre de 1992 a los 31 años de edad. La foto es un enorme regalo que me hizo Ángel García y corresponde a un partido de fútbol sala en el pabellón Salto del Caballo.