domingo, 15 de noviembre de 2020

Reciclaje

Y ahora, cuando la noche ha caído y los sueños duermen, salgo en busca del amanecer. Toca regresar a clase, sentarse de nuevo en el pupitre, volver a la casilla de salida... Toca desafiar a las sombras para tratar de encontrar el camino. 
Toca sacar provecho a ese curso de vuelo que dura ya más de medio siglo para tomar los mandos y despegar, batir las alas y dejar que el viento haga el resto para planear hacia el horizonmte. 
Toca anudarse los zapatos y salir a la pista para bailar un vals tratando de no perder el compás: un, dos, tres, un, dos, tres.... 
Ahora, a estas alturas, toca salir del rincón de pensar. Toca envidar a chica y ver el órdago a pares. Toca lanzar los dados, desafiar al destino y echar el resto. Toca arriesgar y jugarse todo al rojo para recobrar la prudencia. 
Toca quererse más, querer mejor y dejarse querer; toca dejar que hable la piel sin necesidad de decir nada. Toca recolocar los armarios y las ideas, redecorar las paredes con el color del otoño en los árboles y zarpar al alba con viento de levante de 35 nudos. Toca abrir las ventanas y ventilar el alma.
Toca escapar de la resignación, aprender a poner la otra mejilla y partirse la cara con el lucero del alba. 
Toca reubicarse, ponerlo todo patas arriba para colocar cada cosa en su sitio y, si acaso tocara reciclarse, acabar en el contenedor verde, con el vidrio. 
Toca escuchar a todos con atención y darle la última palabra al corazón. Toca apilar la leña junto a la chimenea para acurrucarnos al calor de la hoguera cuando llegue el invierno. Toca apagar incendios, quemar las naves y avivar el fuego de la pasión. 
Toca ponerse serio para ganarle una sonrisa al destino por debajo de la mascarilla; toca ponerse las pilas y vacunarse contra la melancolía.
Ahora, después del punto y aparte, toca adentrarse en el nuevo párrafo para seguir con el relato. Toca escribir para contarlo. 
Toca vivir o, por lo menos, morir en el intento.

2 comentarios:

  1. ¡Im-pre-sio-nan-te! No se me ocurre otra expresión, Jesús. Un día me tienes que dar una clase, o dos. Ese 'un, dos, tres; un, dos, tres' a lo Ginger Rogers y Fred Astaire.

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    1. jajaja. Gracias Manolo. Yo de baile voy justito pero se hará lo que se pueda. Un abrazo.

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