Hasta aquí hemos llegado, que no está mal para empezar. Hace ya un año que estrené la ele mayúscula que me sitúa en la que un amigo define como 'edad consolidada'. Hoy le he colocado un palito al lado (LI) y, de paso, me he parado un momento a repasar la lista de algunas de las muchas tareas pendientes.
Lo primero que debo hacer es una muesca en la culata del calendario, que no es cosa menor. El destino no siempre está al tanto de estas cosas de la edad y si algo deberíamos haber aprendido es la lección de los que se fueron antes de tiempo, de los que se quedaron en el camino sin venir a cuento. Ellos y otros que tenemos cerca en plena batalla contra ese desatino nos recuerdan hasta qué punto malgastamos lágrimas y racaneamos abrazos y sonrisas.
Eso, junto con tantas muestras de afecto recibidas, deberían recordarme que no siempre acertamos en el reparto del tiempo, que le dedicamos mucho más del que debiéramos a gentes y asuntos que no lo merecen.
Me pongo a la faena. A ver si avanzamos hacia el segundo palito con algo de criterio.
Un día de estos, ahora que he terminado de encalar la casa, tendré que colocar por fin las cosas en su sitio.
Un día de estos, en cuanto recobre la locura, debería poner en su sitio al viejo gruñón que llevo dentro desde niño, empeñado en meterme en discusiones por menos de nada y por casi todo.
Un día de estos voy a mandar a paseo al eterno aprendiz de poeta que se dedica a escribir, en mi nombre, cartas de amor a la vecina de al lado. Ya ni me saluda cuando me cruzo con ella en el descansillo.
Un día de estos saldré a quemar la noche con el canalla al que nunca quise dar una oportunidad y al que más de una vez habría querido parecerme.
Uno de estos días guardaré los tapones de los oídos en el ultimo cajón de la mesilla de noche para echarme a navegar sin miedo a dejarme seducir por los cantos de sirena.
Un día de estos, en cuanto se descuide, volveré a serle infiel a la soledad por más que trate de conquistarme con un anillo de compromiso.
Un día de estos apostaré por el caballo ganador. Y si tampoco tuviera suerte, esperaré a que apuesten por mi para ganar la carrera.
Uno de estos días, en cuanto haya renunciado definitivamente a los sueños utópicos, me centraré en los sueños imposibles.
Un día de estos me sentare en el andén de la estación por la que siempre pasan de largo los trenes a los que nunca me subiría.
Un día de estos, en cuanto encuentre el modelo adecuado, tengo que dejar de ser yo mismo para convertirme en el hombre que debería haber sido alguna vez.
Uno de estos días, en cuanto se me ocurra el tema adecuado y la manera de contarlo, prometo escribir alguna cosa que tenga sentido.
Qué bueno, Jesús. Me ha encantado. "Un día de estos tendremos que plantearnos volver a recuperar al niño que llevanos dentro para poder jugar y divertirnos como si no hubiera un mañana; bailar en las verbenas de los pueblos y aprender otra vez a sonreír de manera traviesa con el guiño que nos hace el abuelo desde su mecedora, sabedor de que hemos sido nosotros los que hemos roto la ramita del manzano de la abuela. Gema
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