miércoles, 21 de octubre de 2020

De la inspiración, la amistad y otras emociones

El mismísimo Serrat se quedó colgado en las alturas cuando la buscaba mirando al techo. La inspiración es -por naturaleza- caprichosa y escurridiza. No parece una buena idea salir a su encuentro, ni sentarse a esperarla para dejar en sus manos el siguiente capítulo de la historia. Ni siquiera podemos comprarla en Amazon.
La inspiración mal entendida ha dejado al descubierto grandes bodrios y ha provocado notables descalabros; véase el caso de las cartas de amor que acaban en el buzón equivocado o las que desvelan pasiones inconfesables, irreverentes y/o inverosímiles. 
Es bien conocida su tendencia a camuflarse entre los destellos que provoca el enamoramiento en su fase inicial, y no siempre para bien. Seguramente, porque el amor, como fuente de inspiración, es capaz de 'liberar' al poeta, al pintor o al compositor que crees llevar dentro; es decir, a ese presunto artista al que nunca deberías dejar suelto. 
Pero quiero creer que la inspiración también ha tenido relación -directa o indirecta- con historias de amor que nunca habrían llegado a serlo sin su retoque emocional y artístico. 

Por si mañana, una canción
Nunca sabré -ni falta que hace- si la inspiración tuvo poca, mucha o ninguna influencia en aquella carta que solo pretendía ser un texto literario, que luego fue mucho más que eso y que le da nombre a este blog. Tampoco me importa confesar que esas pocas líneas que escribí en 2014 han provocado algunas de las experiencias más sorprendentes y emocionantes de mi vida. 
Seis años después, tengo que dejar constancia de otra, una más, pero muy especial. 'Por si mañana' ha  inspirado ahora a mmi amigo Fernando Bernácer, que ha cogido su guitarra y ha convertido mi carta en canción. Y aunque ya lo he hecho personalmente, un detalle como este merece un agradecimiento también especialEs posible que sea la ocasión para dejarme arrastrar por esa inspiración a la que solo damos rienda suelta en forma de exaltación de la amistad cuando alcanzamos la dosis adecuada de alcohol y nocturnidad. 
Supongo que llegas a una edad en la que puedes dejar a un lado ese pudor mal entendido con el que hemos convivido desde siempre. Y no pasa nada por dejar constancia de la admiración y afecto que sientes por alguien que es -en el mejor sentido que podamos imaginar de la expresión- un tipo duro, por carácter innato y porque la vida le ha llevado a serlo. De no ser porque podría caer en un tópico de libro, le definiría como un luchador excepcional, aunque por deformación profesional me apetece más destacar que Bernácer es uno de los mejores periodistas de radio que he conocido
A Fernando le pasabas una sandía en la pista de fútbol sala y la convertía en un pase de gol, aguantaba tres tarascadas y la clavaba por la escuadra con un zurdazo impresionante. Si le dejas una noche solo en la redacción, te hilvana una escaleta como nadie y se marca un informativo matinal de lujo. 
Hubo un tiempo en el que éramos tan jóvenes que aún jugábamos la Liga de veteranos. Fernando es de los que no da un balón por perdido en la cancha y, en la radio, de los que cree que el último minuto del informativo es tan importante como el primero; marcaba cuatro goles, pero se iba cabreado a casa porque tuvo una ocasión clara que y la estrelló en el poste. 
Salvo a la carrera diplomática, podría haberse dedicado a lo que hubiera querido, pero los que disfrutamos de este oficio celebramos que eligiera el periodismo. Es un corredor de fondo al que se le queda corto un maratón y exhibe sus dotes de velocista para esprintar en el pasillo y llegar al estudio sobre los pitos con la noticia recién parida bajo el brazo. 
Es uno de esos jugadores que no entiende de partidos amistosos, que saca de quicio a los rivales, al árbitro y a sus compañeros. De los que compiten siempre, con el adversario o contra uno mismo, pero siempre se implica en el interés colectivo. Fernando es uno de esos tipos a los que siempre quieres en tu equipo
La dimensión personal de la que pudiera hablar se enmarca en la que se le supone a un amigo. Poco que añadir. Pero cualquier elogio que de él pudiera hacer se queda en nada cuando se compara con otros que seguro recibe a diario como padre sin necesidad de palabras que lo expliquen. 

La cosa ha quedado así. 
Gracias amigo.

https://www.youtube.com/watch?v=QF9xCR-iWq8